No voy a ingresar en el centro de desintoxicación para adictos a internet, ya que creo que puedo llevar a cabo esta dura tarea solo. Había pensado en irme a un hostal en medio de la carretera, pagar cinco noches, y quedarme en la habitación tendido en la cama hasta que el mono pasara, pero voy a hacer el más difícil todavía: convivir con mi ordenador en el cuarto. Ordenador que, por supuesto, tiene conexión a internet. No voy a dejar de usar el ordenador (evidentemente), pero no me voy a conectar al Messenger. Para mí, como si no existiera. Aunque voy a seguir usando la misma dirección de correo, así que podeis enviarme correos para darme ánimos.
Mientras tanto, yo estaré poniéndome parches en los brazos con la forma de un monigote de Messenger.
Mientras escribo éstas lineas, pienso que pensareis "Joder! Va a desaparecer del mundo! No va a estar conectado al Messenger!" Y en parte, es verdad. Pero bueno, cualquiera que quiera llamarme, ya tendrá mi teléfono o lo que sea, así que que me llame. La verdad es que es lo más parecido a "desaparecer" que se puede hacer. Pero creo que el cambio ha de ser radical.
Voy a ir escribiendo aquí lo que vaya sintiendo al dejar de tener todo el tiempo que me halle en mi casa una pantalla del ordenador delante con un montón de simbolitos verdes de mierda. Por ahora llevo un día y poco sin conectarme, y me he dado cuenta del montón de cosas que uno puede hacer sin tener en la mente el maldito muñeco llamando a la puerta de las neuronas.
Nota: posiblemente seguiré teniendo mi tuenti; éste será el único lazo que me una a la civilización virtual. Si alguien quiere, me puede insultar por ahí o lo que sea. No estoy todo el día metido.
15/02/09
El primer día sin conectarme. He cogido el ordenador dos o tres veces en el día para ver si habían salido los ganadores del concurso, y para ver mi tuenti y si había salido alguna nota. He jugado con mi sobrina a los MicroMachines (joder, creo que estaba yo más flipado que ella), y he leído. Comienzo a hacer cosas en mi casa y a darme cuenta de que había vida más allá de mi habitación; concretamente, mis padres.
16/02/09
Primer día de clase. He ido payá, y guay. Al volver me he empezado a poner un poco nervioso con la idea de no tener messenger. "Joder, y ahora qué coño hago con mi vida?" -pensé. "Pues haz cosas normales, como toda la gente. Sal a la calle, que te de el sol. Ordena tu cuarto, que lo tienes hecho una puta pocilga" -me respondió mi otro yo. Creo que el desdoblamiento de personalidad forma parte de los efectos secundarios del mono.
Al llegar a mi casa, lo primero que hice no fue encender el ordenador. Lo he encendido después para bajarme algo de los Dire Straits, y para escribir esta mierda.
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